13 de diciembre de 2008

While my guitar gently weeps

22:00
Apoyado contra el cristal de la ventana, iluminado por la bella oscuridad que propaga la luz de la luna (casi azul), te preguntas qué es lo que hiciste mal. ¿Cómo puede ser que la hayas perdido? Rebobinas en tu mente aquel momento, buscando algún detalle, algo que te hayas perdido, y que derivó en fracaso. No, no. No es posible. Sigues buscando, memorizando hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo. Nada. No lo comprendes (tan típico de vos).
Te sientes desdichado, te lamentas de tí mismo. ¡Ay, pobre de vos!¿Quién podrá comprenderte?
Sigues lamentándote, sigues maquinándote, pensando que todo fue por tí.
Hasta que, al fin lograste entrar en razón, decidiste, que tal vez, y solo tal vez, no fue todo tu culpa.
Y decides ir a buscarla

00:17
Luego de horas de dar vueltas con tu vehículo, piensas 'basta, es hora de enfrentarme'. Estacionas. Apagas el motor. Quitas las llaves. Sales del auto. Caminas hacia el edificio. 'Hola Fernanda'.'Hola señor, ¿quiere que le avise a la señorita Gález que usted ha llegado?'.'No, está bien. Quiero sorprenderla'. 'Muy bien, pase tranquilo'.'Muchas gracias'.

00:21
Sales del ascensor en el piso número seis. Te encaminas hacia la puerta del departamento k. Cuando estás por hacer sonar el timbre, piensas que tal vez es mejor practicar lo que vas a decir: 'Hola, mi amor. No podemos dejar las cosas así.' Eh, no, mejor no. 'Bombón, dale, sabés que no funcionas sin mí.'¿Vos querés volver con ella, o que te odie por el resto de su vida? Pensá un poco más chabón. 'Brisa creo que tenemos que hablar, no creo que en este momento, paras. Piensas en cuánto has cambiado. Antes tenías a todas a tus pies (de hecho, aún las tienes). Estabas acostumbrado a tener a todos bajo tu mando, y hoy, ella te ha domado, cual cada flor doma a su príncipe. Te ríes de lo estúpido que pareces practicando que decirle. En fin, dices que lo mejor es improvisar y tocas el timbre.
RIIIIIING
Nadie contesta. RIIIIIIIING. Nada. RIIIIIIIIING RIIIIIING RIIIIIIIIIING. Sigue sin suceder nada. Te preocupas. ¿Cómo es posible que ella no esté? Intentas entrar, y la puerta está abierta.
Te diriges hacia la cocina...
'¡BRISA! BRISA, MI AMOR.'. La encuentras en el piso, toda cubierta de sangre. 'MI VIDA, CÓMO TE SUCEDIÓ ESTO?'. Apenas puede hablar, delira un 'te amo, Sergio, te amo, siempré lo haré' Llamas una ambulancia. Le sigues preguntando quién le hizo eso. Le cuesta mucho hablar, pero logra decir 'te amo, sabé que te cuidaré desde donde sea que esté, y quiero que seas feliz, pues te lo mereces'.

00:40
Entran doctores, salen doctores. Entran pacientes, salen pacientes. Nadie sabe nada de ella. La está atendiendo un tal Lockhart. Te diriges a la sala en la que está, muchos médicos, muchas enfermeras, te echan. Dicen que no puedes estar ahí.

01:23
El doctor Lockhart sale de la sala.
Te pide que te sientes. y ahí comprendes todo. Dice que hicieron todo lo posible, que sus heridas eran muy graves, ya nada podía hacerse. Sales corriendo. Parece que el tiempo te acompaña en sentimiento. Y tus lágrimas se pierden en el agua dulce que recorre tu rostro, producto de la lluvia.

01:42
Estás con ella. Te prometes que sino eres feliz con ella, no lo serás con nadie.
Sufres. ¡Oh sí!¡Cuánto sufres por ella! Lloras, lloras, lloras. Ves el bisturí. Sonríes. 'Te amo, mi hermosa Brisa, y, prometimos hacerlo todo juntos. Tanto como estamos juntos en las buenas, así lo estaremos en las malas. Es nuestro derecho. Te amo, quiero ser feliz con vos donde sea que vayamos. Te amo' La besas. En ese instante, la locura te abraza, te bañas en un océano escarlata terminando con tu corazón, aquel que descubriste el día que la conociste.