24 de marzo de 2009

What it takes

Ssu vidas estaban marcadas. Las almas de todos ellos habían sido robadas por aquel canalla. Ni siquiera le interesaban tanto, como a ellos mismos.
La pobre víctima, muy preocupada por su interior, quedó completamente destrozada, cuando él, insensible al sufrimiento humano, robó su alma, su vida, su todo.
Ya no más alegría para ella. Ya no más tristeza, ya no más risa, ya no más llanto, ya no más vida.
Cualquiera hubiera caído bajo las redes de la locura, pero no ella. No, precisamente, no ELLA.
No quien lucha por sus ideales hasta sucumbir ante la ira de sus represores. No quien defiende a los indefensos. No quien vive para ayudar a construir de este un mundo mejor. No quien hace el bien. No quien es el bien.
Siguió con su (menos que) vida, decidiendo que, una vez más, intentaría hacer de lo imposible, lo posible.
Y fue a buscar locales que vendiesen almas. Desafortunadamente, se enteró de que nadie tenía suficiente poder como para vender el alma entera. Pero sí vendían muy pequeñas partes de ella. Y decidió dedicarse a reconstruirse.
En el primer lugar, solo encontró un par de lágrimas, y las compró. Solo lloró un par de veces, pero pronto se le secaron. Viajó y viajó, y encontró la esperanza, asi que se la llevó, y siguió con un extraño sentimiento que le decía que en el próximo encontraría algo, y si fallaba, seguiría buscando hasta el final.
Bueno, nuestra prosperante amiga encontró la sonrisa, y risas, y siguió buscando, y al cabo de cinco años ya había encontrado la fe, la alegría, la tristeza, la prosperidad, y demases.
Mas le faltaba una cosa, sentía que la más importante. Aunque aún no sabía que era. Siguió buscando y buscando. Viajó por todo el mundo, pasaron años, y aún su búsqueda fracasaba, y fracasaba, de vuelta.
Nunca se rindió, y siguió buscando. Hasta que un día, anciana, ya enferma como estaba, tras salir decepcionada de un local al decirle que no tenían lo que ella buscaba, chocó con alguien. Ella encontró mucha afinidad en aquel señor, asi que, le invitó a tomar un café. Gustoso el señor aceptó. Arreglaron el día y la hora, y cada uno siguió con su vida.
La cita del café nunca se efectuó.
Minutos antes del hora acordada de encontrarse hubo un accidente, y nuestra amiga fue la protagonista. Él lo vio todo, y fue corriendo a ayudarla.
Y en ese minuto, instantes antes de partir para siempre de esta vivienda, se dio cuenta de que lo que había estado buscando durante tanto tiempo, al fin lo había encontrado, y por casualidad. Amor. Se besaron por primera, última, y única vez.
Cerró los ojos, feliz de haber cumplido su propósito: reconstruir su alma.

15 de marzo de 2009

Abril en París

El sendero dirige, e ilumina.
el oro brilla.
brilla y piensa, que tal vez, el sendero no sea tan luminoso, y tan dirigente
como en un primer momento
Tal vez, su tiempo
ya pasó
y
no le
queda más
que seguir estando ahí
mas sin cumplir su función, le queda seguir
estando ahí, siendo, como sabe, siempre fue, solo un sendero.