15 de junio de 2011

two birds

Ya sé lo que va a pasar. Me veo soñando con vos como siempre. ¿Cómo es posible que no se me vayan estas ganas de vos? Te reís. Y yo también, pero internamente pienso que me muero porque no te voy a ver hasta dentro de dos días, y me deprimo. ¿Cómo puede ser que dependa de esta forma de vos?¿Cuándo te convertiste en mi esencia? Me decís que te gusta mi risa. Y yo, que la odio. Me besás, me querés. Me das una flor robada de alguna casa vecina. Te sentís todo un James Bond por haber conseguido saltar la reja de ese hogar y cortar aquella rosa. Venís triunfante cual Ulises frente a Troya. Me volvés a querer. Pero me soltás la mano, y yo me veo desfallecer. Y al final resulta que te amo.
Ya sé cómo me voy a sentir dentro de dos días, por eso intento no pensar en este vacío que siento en mí. Porque sé que mi ser estalla cada vez que te veo acercarte por esa callecita de Thames. Y me ves y te reís; y estoy enamorado de esa risa tuya. Y siento que todo lo que viví, los insultos, las burlas, los golpes, todo valió la pena. Porque me llevó a vos. Y vos vales toda mi vida, y más.