29 de diciembre de 2009

ese o ese

Tuve un sueño, en el cual me abordaban las más bellas palabras de una imagen sin luz.
Tambien decía las más crueles y crudas verdades.
-Señor Sin Rostro-le dije- necesito que me diga cómo continuar.¿Qué debo hacer?
Y el Señor Sin Rostro dejó de hablarme.
-¡No!¡Hableme! No ve que no puedo sola. Realmente no puedo. ¡No puedo!
Y siguió sin hablarme.
Mis gritos desesperados comenzaron a asustarme a mí misma.
No así al Señor Sin Rostro. El Señor Sin Rostro ni se inmutó.
-¡Por favor!¡Por favor, hableme, no me deje así!¡Necesito su ayuda!-
y comencé a llorar desconsoladamente.
Y siguió sin hablarme.
No sabía ya qué hacer, qué decir.
Solo necesitaba que me haga sentir segura, solo necesitaba que me dijera lo que yo ya sabía, pero necesitaba oír de una boca distinta.
Seguí gritándole, y rogándole que me hablara.
Y siguió sin hablar.
Finalmente, veo que abre su boca, y mi cara se inundó de felicidad y esperanza, pues es el Señor Sin Rostro no dice más que la verdad, sea buena, sea mala, sea cruel, sea despiadada, sea feliz, sea...
-Debo irme.
Y sin más, se fue. Creo que mi estado de shock fue enorme. No llegué a replicarle nada.
Y sin más, se fue, con su respuesta y mi destino en su boca.
¿Cómo continuar?¿Qué debo hacer?

7 de noviembre de 2009

rayuela

Salía de cursar alrededor de las 13:00 hs.
Se tomaba el subte de la línea D en su terminal (estación Catedral). ¡Por favor!¡¿Nunca viajaré sentado y tranquilo en esta línea?!
Lucas aborrecía la D. Tal vez porque recordaba en donde su amigo había muerto (9 de Julio). O donde le han robado varias veces ya (Pueyrredón). O porque en la estación Ministro Carranza se bajaría para ir a la casa de su padre, persona non grata en la vida de Lucas. O quizá porque simplemente le parece una fea línea, burguesa, y porque amaba la línea A con su corazón, tanto que la defendía diciendo que su precariedad se balanzaba con su belleza.
Lucas ya sabía lo que ocurriría.
Esperará un subte. Llegará y este no parará. En total, esperará siete minutos. Cuando finalmente pueda subir, la gente lo empujará (porque son burgueses maleducados) y entrará, forzado, al vagón. Escuchará música (preferentemente Jefferson Airplane, Janis Joplin, o Greatful Dead) y se balanceará al son de la misma, golpeando con su pie el piso.
Luego, se quedará sin batería (porque siempre olvida cargarlo) y sacará de su morral, una vieja edición del libro que marcó, marca y marcará su vida, y al que continuamente, de forma casi obsesiva, seguía leyendo.
Nada ocurriría.
Se bajará en la estación Olleros, y caminará dos cuadras para la izquierda hacia el negocio de lp's, donde trabaja cotidianamente.
Llegando al momento en que saca el libro (estación 9 de Julio, esta vez la batería del mp3 le ha durado muy poco), en el movimiento de la gente vislumbra, súbitamente, a una muchacha con un libro en su mano, con el libro, con su libro, con el libro de Lucas.
Se emocionó, pues jamás ha visto semejante belleza. Era hermosa, y su belleza se acentuaba con aquella mirada triste, caída. Lucas quería gritarle cosas. Quería decirle que no se preocupe, que estaría todo bien. Que su mirada cristalina lo entristecía también a él. Que no había derecho para que una estrella esté tan apagada.
¡¿Qué le han hecho?!¡¿Quién sería capaz de dañar a tal criatura?!. Su rostro destilaba pureza, encanto, tranquilidad, inocencia.
Pero esa mirada...
Esa mirada no podía pertenecer a ese rostro.
Lucas quería abrazarla. Protegerla de todos los peligros, de todos los males que la acechen.
Se dio cuenta de que ambos tenían cosas en común. Ninguno pertenecía a la línea D, ninguno pertenecía a ese mundo, a este mundo.
La observó y observó y observó. Ya descaradamente, sin importarle nada. Solo quería admirar su belleza, que transmitía paz.
Y de repente su mirada se levantó. Una mirada celeste, admirada, se cruzó con una gris, admiradora.
Lucas levantó su libro.
Ella sonrío melacólicamente, haciéndola ver incluso más, si es aún posible, hermosa. Lo miró a los ojos. Se maravilló. Se alegró. Y luego, volvió a entristecerse.
Y él la vio pararse. La vio irse a la puerta en la estación Agüero.
¡No!, gritó.
Ella le dirigió una mirada de disculpa, y le sacó una foto con una cámara que tenía en su morral (oh).
Él se desesperó. Comenzó a palpear sus bolsillos maniáticamente, sin saber exactamente qué era lo que buscaba. Y sacó de su bolsillo izquierdo el boleto del subte. Y ella lloraba, y él no podía hacer nada. Y quería amarla. Y quería amarlo. Sacó una lapicera del pequeño bolsillo de su morral. Anotó unos garabatos, pero era demasiado tarde ya, no pudo poner todo lo que deseaba. Como pudo, se lo arrojó por la ventana. Pero ella ya había salido, y no había visto el papel.
Lucas bajó la mirada, derrotado por el destino cruel, impertinente, maligno.
Siguió en el subte.

Pero él no vio que ella si se había dado cuenta de que él le había arrojado el papel. Así que se volvió en el andén, y lo agarró. Y lo que leyó la hizo sonreir, y la hizo llorar.
Decía sencillamente '7- L', pero la emocionó más que lo hubiese hecho cualquier otra nota romántica. ¡Ah!, el capítulo siete. Ella sabía muy bien cuál era el capítulo siete. Aquel que leía todas las noches. Que deseaba indentificar. EL capítulo. Su capítulo. Su libro. Su amor.
Y se divirtió imaginando el nombre de aquel al que amaría. Luciano, Leonel, Leonardo, Lucas, Ludovico, Lucas, Leandro, Lucas. Sí. Definitivamente era Lucas. Lo sentía.

Y él llegó a Olleros, devastado por no poder terminar la nota. Por no poner un teléfono, una dirección. Por saber que jamás la volvería a ver.
Porque, una vez más, nada ocurriría.

31 de octubre de 2009



- I love you. I'm here now. It's all i've got.


- I'll love you forever, Sid.

-You will?
- Yeah, that's the problem.

10 de octubre de 2009

Desarma y sangra

Ella, cruel, despiadada.
Me persigue, nos persigue.
Mas el fuego en tus ojos me estimula a seguir.

Y la realidad se desvance
frente a tí cuando estás con ella.
Solo puedes sentirla, pero no tocarla.
Y la deseás más que a nada,
sin poder tenerla.
Y yo me río de lo patético que te ves,
cuando de esa forma hablas.
¿No logras escucharte, acaso?
Pareces un tonto enamorado.

Cuando has tenido a miles
no puedes comprender
por qué ella no.
¿Por qué ella no?
Pues tu cama, hechizada
no quiere aprender el amor.

12 de septiembre de 2009

i want to break free

El sigiloso invierno llega a su fin.
¿Comprendemos la idealización?
¿Maduramos?¿Entendimos lo que es ser, lo que significa estar?
¿Qué es ser?

Y las dudas asaltando nuevamente mi mente, me cuentan que tengo mucho por aprender...
y el camino a recorrer se delinea finamente frente a mí. Y ya sé lo que tengo que hacer. Pero, ¿cómo?
¿El silencio, habla? ¿La verborragia, calla?
El fluir de los sentimientos, de los pensamientos, de las ideas.

Entro de llano a un territorio desconocido, culpable de las desdichas. Pero he decidido que no me han de importar ya esas pequeñeces. Que ya he madurado, no completamente, pero sí lo suficiente como para decir 'estoy libre de vos, y estoy libre de esto'. Y estoy libre. Y soy libre...
ser libre... ¡qué linda utopía!
Y pienso que me reconstruyo, pero lo único que queda es el vacío de lo que fui.

13 de julio de 2009

El perfume



Ella caminaba cual Diosa, lentamente, espaciada.
Su belleza, inmaculada, se confundía con el hermoso paisaje nocturno. Tal vez así, piense en su cordura como un imposible ¿Realmente? No lo sé.
Solo... se apresuró a tomar una decisión que habría de optarla un tiempo después (la misma).
Y comenzó a divagar, a figurarse entera; sin creer en el más ínfimo detalle que ella le narraba. Y se dejó atormentar por aquellos labios de seda que amenazaban con dejar de besarla.
Tal vez, finalmente, queda conocer el camino que algún tío lejano le comentó alguna vez. Y soñó, y soñó.
Soñó con las más bellas personas, con los más hermosos lugares, con las más lindas sensaciones. Solo había luz y belleza. No sabía acerca de la oscuridad. No la conocía.
Entonces, quizás por eso no supo desconfiar de ella.
Se enamoró, respondiendo a las seducciones evocadas por aquella otra.No supo darse cuenta a tiempo de que todo era una farsa.
Para ese momento
ella ya se había entregado.
Hasta volar
en ese
oscuro
paraíso
de locura, y amor

deseado, apasionado.


Una explosión de placer nació en el medio de sus piernas, subiendo por su estómago, hasta llegar a su cerebro. Se agarró la cabeza con las manos.
Dolor, mucho dolor. Comenzó a gritar, y a llorar.
'¿Qué son esos gritos?' '¿Qué estará sucediendo?' se oía por las calles del barrio.
Un destello blanco.
Luego un silencio inunda la ciudad.

A

Te amo

El cuchillo, arma mortal, se desliza por su fino cuello, desde donde nace un río escarlata con hermoso aroma que baña a toda la habitación, y hasta a ellas mismas.


(Con un golpe de puerta al cerrar, podemos observar en el escenario una muchacha, con cara bondadosa, hermosa, que no supo dudar de la humanidad, yacida en el piso, absolutamente teñida de rojo, traicionada).


B

¡Adiós!

6 de mayo de 2009

Visions of Johanna.

Cuando mi cuerpo no aguante,
cuando ya no dé más de las represiones sociales,
no sé qué será.
Intento aclamar(los).
La locura, la cordura,
juegan un papel muy importante en la vida misma.
Locura o cordura
¿Locura o cordura?
¡Locura o cordura!
Cordura, dueña del mal y del bien.
Locura, dueña solo de mí (de vos).
No sé quién soy.
No sé qué soy.
No sé si soy.
No soy.
¿Soy?
¿Es?
¿Somos?
Ser.
Y al final, me declaro;
sin voz,
sin vos,
sin meta,
sin ella(ELLA).
Y emite, por última vez,
mi boca, su suspiro.

16 de abril de 2009

Caminante (2)


La casa, una vez llena de vida, de colores, de familia, ahora solitaria, lúgubre.

¿Y qué si pensó que podría solucionarlo? ¿Y qué si creyó por un segundo que serviría para algo?

La luz de su alma se despertó, soñando con que cambiaría al mundo, con que lo haría mejor.

Pero claro, solo vanas intenciones, que no remontarían a nada.

Entonces, se desesperó, pensando que no, que cómo puede ser que ella, engreída, y pseudo-triunfante, no lo lograría.

Sus amistades, las más importante, reitera, no le sirven para nada.

Y cuando se encontró con el pozo, con la única compañía de la soledad, figuró que tal vez, y solo tal vez, no fuese la mejor, siempre.

Que tal vez, y solo tal vez, fura un poco humana y cometiese algún que otro error.

Que tal vez, y solo tal vez, su vida no fuera la mejora, y tal vez, solo tal vez, no fuera el mundo el del problema sino ella, y tal vez, solo tal vez, quisiera remediarlo.

Locas utopías, claro, de una desquiciada.

2 de abril de 2009

Good Bye, Lenin! (1)


La elasticidad del ser por hacer feliz a una persona.

24 de marzo de 2009

What it takes

Ssu vidas estaban marcadas. Las almas de todos ellos habían sido robadas por aquel canalla. Ni siquiera le interesaban tanto, como a ellos mismos.
La pobre víctima, muy preocupada por su interior, quedó completamente destrozada, cuando él, insensible al sufrimiento humano, robó su alma, su vida, su todo.
Ya no más alegría para ella. Ya no más tristeza, ya no más risa, ya no más llanto, ya no más vida.
Cualquiera hubiera caído bajo las redes de la locura, pero no ella. No, precisamente, no ELLA.
No quien lucha por sus ideales hasta sucumbir ante la ira de sus represores. No quien defiende a los indefensos. No quien vive para ayudar a construir de este un mundo mejor. No quien hace el bien. No quien es el bien.
Siguió con su (menos que) vida, decidiendo que, una vez más, intentaría hacer de lo imposible, lo posible.
Y fue a buscar locales que vendiesen almas. Desafortunadamente, se enteró de que nadie tenía suficiente poder como para vender el alma entera. Pero sí vendían muy pequeñas partes de ella. Y decidió dedicarse a reconstruirse.
En el primer lugar, solo encontró un par de lágrimas, y las compró. Solo lloró un par de veces, pero pronto se le secaron. Viajó y viajó, y encontró la esperanza, asi que se la llevó, y siguió con un extraño sentimiento que le decía que en el próximo encontraría algo, y si fallaba, seguiría buscando hasta el final.
Bueno, nuestra prosperante amiga encontró la sonrisa, y risas, y siguió buscando, y al cabo de cinco años ya había encontrado la fe, la alegría, la tristeza, la prosperidad, y demases.
Mas le faltaba una cosa, sentía que la más importante. Aunque aún no sabía que era. Siguió buscando y buscando. Viajó por todo el mundo, pasaron años, y aún su búsqueda fracasaba, y fracasaba, de vuelta.
Nunca se rindió, y siguió buscando. Hasta que un día, anciana, ya enferma como estaba, tras salir decepcionada de un local al decirle que no tenían lo que ella buscaba, chocó con alguien. Ella encontró mucha afinidad en aquel señor, asi que, le invitó a tomar un café. Gustoso el señor aceptó. Arreglaron el día y la hora, y cada uno siguió con su vida.
La cita del café nunca se efectuó.
Minutos antes del hora acordada de encontrarse hubo un accidente, y nuestra amiga fue la protagonista. Él lo vio todo, y fue corriendo a ayudarla.
Y en ese minuto, instantes antes de partir para siempre de esta vivienda, se dio cuenta de que lo que había estado buscando durante tanto tiempo, al fin lo había encontrado, y por casualidad. Amor. Se besaron por primera, última, y única vez.
Cerró los ojos, feliz de haber cumplido su propósito: reconstruir su alma.

15 de marzo de 2009

Abril en París

El sendero dirige, e ilumina.
el oro brilla.
brilla y piensa, que tal vez, el sendero no sea tan luminoso, y tan dirigente
como en un primer momento
Tal vez, su tiempo
ya pasó
y
no le
queda más
que seguir estando ahí
mas sin cumplir su función, le queda seguir
estando ahí, siendo, como sabe, siempre fue, solo un sendero.

2 de febrero de 2009

Let it be

En sus más lúgubres días, el poeta delira. Piensa en todas sus obras escritas, y en todas sus obras no escritas. Busca el más mínimo detalle que lo haya llevado a tal estado. ¿Cómo es posible que tan buen artista se vea tan abatido por la vida? Idea más pensamientos descabellados. Mientras, interactúa con aquellas personas que solo existen para él. Cierto día, vino la muerte. Preguntó si estaba listo. Nuestro querido poeta le dijo que necesitaba terminar de recitar unos últimos versos. Así lo hizo, pensando que tal vez, la indeseable compañía se iría, harta de esperar por él. Y escribió, y escribió, y escribió. Mas, de nada sirvió, y se fue con la inevitable visita, preguntandose a sí mismo ¿Para qué habré venido?

10 de enero de 2009

Emocionalmente tuyo

Sus ojos brillaban, sedientos de amor, sedientos de ellos.
A cada tacto, un rayo eléctrico pasaba por sus espaldas.
Se fundian a cada beso, a cada caricia, a cada mirada.
Soñaban con ese momento, lo ansiaban, lo amaban, lo necesitaban.
Se amaron, cada a uno a su manera.
Para darse cuenta de que nuevamente volvían a la rutina, sin hacer realidad su tan deseado sueño. No se hablaban, no se conocían, pero se soñaban, a miles de kilómetros de distancia, con que algún día se verían, se mostrarían, se amarían.
Y lo único que les queda, es seguir soñándose, y fundiéndose en cada caricia no realizada.


I could be dreaming but I keep believing you're the one I'm livin' for.
And I will always be emotionally yours.