29 de diciembre de 2009

ese o ese

Tuve un sueño, en el cual me abordaban las más bellas palabras de una imagen sin luz.
Tambien decía las más crueles y crudas verdades.
-Señor Sin Rostro-le dije- necesito que me diga cómo continuar.¿Qué debo hacer?
Y el Señor Sin Rostro dejó de hablarme.
-¡No!¡Hableme! No ve que no puedo sola. Realmente no puedo. ¡No puedo!
Y siguió sin hablarme.
Mis gritos desesperados comenzaron a asustarme a mí misma.
No así al Señor Sin Rostro. El Señor Sin Rostro ni se inmutó.
-¡Por favor!¡Por favor, hableme, no me deje así!¡Necesito su ayuda!-
y comencé a llorar desconsoladamente.
Y siguió sin hablarme.
No sabía ya qué hacer, qué decir.
Solo necesitaba que me haga sentir segura, solo necesitaba que me dijera lo que yo ya sabía, pero necesitaba oír de una boca distinta.
Seguí gritándole, y rogándole que me hablara.
Y siguió sin hablar.
Finalmente, veo que abre su boca, y mi cara se inundó de felicidad y esperanza, pues es el Señor Sin Rostro no dice más que la verdad, sea buena, sea mala, sea cruel, sea despiadada, sea feliz, sea...
-Debo irme.
Y sin más, se fue. Creo que mi estado de shock fue enorme. No llegué a replicarle nada.
Y sin más, se fue, con su respuesta y mi destino en su boca.
¿Cómo continuar?¿Qué debo hacer?

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