31 de octubre de 2009
10 de octubre de 2009
Desarma y sangra
Ella, cruel, despiadada.
Me persigue, nos persigue.
Mas el fuego en tus ojos me estimula a seguir.
Y la realidad se desvance
frente a tí cuando estás con ella.
Solo puedes sentirla, pero no tocarla.
Y la deseás más que a nada,
sin poder tenerla.
Y yo me río de lo patético que te ves,
cuando de esa forma hablas.
¿No logras escucharte, acaso?
Pareces un tonto enamorado.
Cuando has tenido a miles
no puedes comprender
por qué ella no.
¿Por qué ella no?
Pues tu cama, hechizada
no quiere aprender el amor.
Me persigue, nos persigue.
Mas el fuego en tus ojos me estimula a seguir.
Y la realidad se desvance
frente a tí cuando estás con ella.
Solo puedes sentirla, pero no tocarla.
Y la deseás más que a nada,
sin poder tenerla.
Y yo me río de lo patético que te ves,
cuando de esa forma hablas.
¿No logras escucharte, acaso?
Pareces un tonto enamorado.
Cuando has tenido a miles
no puedes comprender
por qué ella no.
¿Por qué ella no?
Pues tu cama, hechizada
no quiere aprender el amor.
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