12 de julio de 2008

Sería una pena.

El sol y la luna, se fundieron sin miedo en tus ojos. Perderse en ellos es realmente fácil, la mujer da fe de ello; le sucede a menudo. Hay veces en las cuales la encuentras; mas ella, cobarde, se escapa.
Al llegar a la salida de aquel hermoso laberinto, situado en tus ojos, se da vuelta para adentrarse cada vez de manera más intensa, y progresivamente, le resulta más difícil encontrar la salida de ese sitio. Sin embargo la cuestión aquí es la siguiente: ¿Quiere ella salir de allí?
-¡Claro que no!- contesta ella muy ingenuamente.
No sabe donde se ha metido. Ella, ilusa, no puede -ni quiere-, ni podrá -ni querrá- salir de aquellos ojos. Aunque eso le cueste infinitas cantidades de naturales bolas de cristal.

Pero a veces, hasta el más idiota,
merece un poco de amor.
Y si es el tuyo, mejor,
porque el tuyo es el mejor.

1 comentario:

Mariana dijo...

creo que este es el que me gusta más.