15 de enero de 2011

in her life

Esa caja era su vida. Aquella pequeña cajita de madera era toda su vida. Ahí guardaba esmeradamente todos sus recuerdos, sus anécdotas, siempre felices. Ella tenía, quien puede llegar a decir, una vida perfecta.
Esa cajita protegía sus luces, sus colores, sus sentimientos, sus crayones, sus palabras, hasta sus silencios protegía.

Cuando llegó él, ella no tenía nada que ofrecerle. Excepto, aquella caja que contenía a su vida (curioso es, que no sea la vida quien contiene la caja). Se la entregó empaquetada muy entusiastamente. Papel afiche violeta, y un moño de papel crepe de color verde manzana (le encantaba esa combinación).

Pero él, hm, él aquella caja rompió, dejando que sus vivencias, sus risas, sus momentos, sus colores se desvanezcan. Como humo se desvanecieron. Puf. Como humo.
Y ahora, ¿quién sería capaz de hacerle entender que debe volver a armar esa cajita?